Comencé mi vida laboral dedicándome a la Arqueología; y el marketing era uno de tantos hobbys en los que gastaba mi tiempo libre. La crisis que azotó hace 10 años en España hizo que cada vez fuese más complicado dedicarse a desvelar misterios del pasado y me vi obligada a reciclarme. Me asocié con mi padre, informático de toda la vida y desarrollador web a la vieja usanza, y tras varios «ensayos» de negocio, dimos forma a WebVillalba. Agencia familiar de modestas aspiraciones desde la que creamos páginas web para pequeños clientes, especialmente tiendas online, y damos soluciones en materia de marketing digital al alcance de la mayoría de los bolsillos. Todo ello gracias a WordPress y su universo de plugins, que han permitido que gente como yo, que no tenemos ni idea de código, podamos diseñar y desarrollar sitios webs bastante potentes y atractivos. Y gracias también a la comunidad WordPress, de la que tanto he aprendido, siempre dispuesta a ayudar y de la que es un orgullo y honor formar parte.